miércoles, 24 de noviembre de 2010

Deja de contar minutos para contar historias

Deja de contar minutos para contar historias

—¡Buenos días! —dijo el principito.

—¡Buenos días! —respondió el comerciante.

Era un comerciante de píldoras perfeccionadas que quitan la sed. Se toma una por semana y ya no se sienten ganas de beber.

—¿Por qué vendes eso? —preguntó el principito.

—Porque con esto se economiza mucho tiempo. Según el cálculo hecho por los expertos, se ahorran cincuenta y tres minutos por semana.

—¿Y qué se hace con esos cincuenta y tres minutos?

—Lo que cada uno quiere... "

"Si yo dispusiera de cincuenta y tres minutos —pensó el principito— caminaría suavemente hacia una fuente..."


Y el Principito, consciente como era del valor del tiempo, decidió seguir bebiendo la vida a pequeños sorbos. Empezó por las microproposiciones y aprovechó para hacer cada hora de su tiempo cuando las tuvo.